sábado, octubre 22, 2005

Confieso que he fracasado


Mine is the sunlight, mine is the morning
Born of the one light,
Eden
saw play
Praise with elation, praise every morning
God's recreation of the new day

Morning Has Broken, Cat Stevens

Este 17 de octubre las Naciones Unidas lo consagra como Día Internacional de Rechazo a la Miseria. Hace 18 años en esa fecha el Padre Joseph Wresinski (1917-1988) reunió en el Trocadero en París más de 100,000 personas para rendir homenaje a las víctimas del hambre, de la violencia y de la ignorancia y manifestar su rechazo a la miseria. Nacido él en la miseria, trabajó toda su vida en la reivindicación de sus víctimas.

¿Que hacía yo el 17 de octubre del 87? Estaba a medio mundo de distancia envuelto en la carrera por ganar la próxima posición ejecutiva en una gran corporación multinacional. El 17 de octubre de 1997 estaba desarrollando mi propio negocio y preocupado por el éxito comercial de mi idea; para el 2007 no lo se, pero si estoy vivo todavía, posiblemente me sorprenda asistiendo algún cliente en encontrar solución a sus problemas.

En el 1977 sin embargo, comenzaba mi vida laboral y familiar; con mis dos primeras hijas en brazos oía a Cat Stevens y me prometía que les dejaría a mis hijos un mundo mejor, más justo, más humano y que seríamos los de mi generación los últimos en ver en Dominicana la violencia de la dictadura y del hambre.

28 años después confieso que he fracasado, y conmigo una generación completa de mujeres y hombres que tuvimos ideales y que hoy vemos "los toros desde la barrera". Nos conformamos con la idea de que cuatro millones de dominicanos viven en la pobreza y que casi dos millones de ellos deben de vivir con menos de $40 pesos al día. Mientras, hemos elegido ocho gobiernos "democráticos" que forman cada uno sus propios 300 millonarios.

28 años después la culpa no es mía por supuesto, es de los políticos que yo elegí, de los partidos a los que les aporté dinero y tiempo, de los dominican york y en fin, de todos los otros, que han sido indiferentes. La necesidad de tener una yipeta de lujo es inherente a mi trabajo, no la tengo para ofender a los pobres que con los ingresos de toda su vida laboral no ganarán con que comprarla.

"Los pobres no nos piden renunciar a lo que hemos construido sino buscar con ellos la manera de cambiar el mundo para que formen parte de él al igual que todos " dijo el Padre Wresinski durante el evento del 1987. En los países desarrollados esa búsqueda es en forma de tipos de ayuda dirigidos al desarrollo con un corolario de control que nos declara incapaces de asumir nuestra propia redención. En nuestro medio es en forma de ONG's que sirven para apoyar ambiciones políticas mal disimuladas detrás de colchonetas, estufas y bicicletas. En fin, que no buscamos el cambio "con ellos", sino "para ellos". No lo buscamos gastando el 20% del presupuesto en educación, lo buscamos con más generales que el ejército de la China, más Secretarios de Estado que Alemania y más políticos pagados enganchados a "comentaristas independientes" o "interactivos" que en las todas la naciones de Europa juntas.

Pero la culpa no es solo de los parásitos políticos que medran de la pobreza y la ignorancia de nuestras masas. Es de la cobardía e iniquidad con que nosotros, los privilegiados, nos declaramos "apolíticos" y nos negamos a ser individualmente, uno a uno, una voz que exige justicia y dignidad para nuestros pobres. Es responsabilidad de la arrogancia del intelecto que pontifica sobre lo que debe o no hacerse y no siente vergüenza en abrazar a un corrupto. Es la responsabilidad de la falta de caridad de los que han olvidado que la iglesia de Cristo es la iglesia de los pobres y los oprimidos.

Mi disco de Cat Stevens se ralló, les compré este lunes 17 de octubre una versión en CD a mis hijos para que arrullen a mis nietos con "Morning has Broken" y rogaré bajito para que ellos no fracasen.

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