jueves, agosto 18, 2005

En electricidad una cosa piensa el burro...

Articulo publicado en el periodico Hoy en Agosto del 2003
Por Federico A. Martínez
Comencemos por establecer que la privatización no se produjo como una opción, sino como la única posibilidad de evitar el colapso total del sistema. Las presunciones de la privatización eran que los privatizadores invertirían en montar plantas de bajo costo de generación que substituyeran las viejas y destruidas plantas de CDE. La estrategia implícita asumía la rehabilitación de las unidades para mantener el suministro mínimo en el corto plazo y en el largo plazo instalación de nuevas unidades que aportarían energía barata al sistema. Estas plantas requieren de tres a cinco años para construirse. Para hacer comercialmente viable las inversiones se tomaron dos medidas que han probado ser fatales:
  • Se entregaron empresas sin pasivos

  • Se establecieron por contrato a cinco años precios de generación, transmisión y un Valor Agregado de Distribución que producía un flujo de efectivo positivo.
El objetivo aparente era renegociar entre marzo y septiembre del 2004 los nuevos precios ya con plantas grandes de bajo costo de generación, un sistema de transmisión con pérdidas técnicas normales y una distribución que cobrara alrededor del 90% de la energía servida; eso pensaba el burro.
¿El que lo estaba aparejando que pensó?
El que lo aparejaba pensó: Me están vendiendo algo más de 1,200 MW de capacidad a 0.2 millones de dólares el MW, de ellos, la mitad es casi inservible o demasiado caro de operar. Solución, reparo aquellos con los que pueda producir energía a corto plazo, recobrar el combustible más los gastos de operación y me embolsillo el costo de capital (depreciación) más los beneficios.
El que lo aparejaba pensó: No tengo pasivos, pero si activos; los costos de reparación los consigo hipotecando activos, que capitalizo y no afectan los beneficios. Reparto muchos beneficios con el gobierno, ellos felices, y yo saco mi inversión lo más rápidamente posible.
El que lo aparejaba pensó: No hay una Ley de Energía; República Dominicana es un país sin seguridad jurídica, por lo tanto, el próximo gobierno puede echar todo para atrás; mejor no hago inversiones de largo plazo en plantas de alta capacidad y eficiencia, sino espero a ver que pasa. Aunque el nuevo gobierno garantice lo que sea, invierto en motores de bunker, que generan barato, se montan rápido y si se arma un “sal p’afuera” tienen pocos “costos hundidos” (costos que no se pueden recuperar al desarmar).
El que lo aparejaba pensó: Para cobrar el equivalente a $6.25 dólar mensual a una familia pobre yo tengo que invertir aproximadamente $100 dólares de líneas, subestaciones, transformadores, bajantes y medidor. A los precios actuales los $6.25 me dejan menos de un 5% de beneficio bruto. Mejor invierto en llevarle energía a la clase media que con la misma inversión de $100 dólares compra más y paga más caro; la electricidad de los pobres que la subsidie el gobierno, si no lo hace, el problema se le convierte en político.
El que lo aparejaba pensó: Mejor me concentro en los grandes centros urbanos. Con pocos kilómetros adicionales de red le vendo energía a los que la pueden pagar cara. A los pueblos pequeños y localidades remotas iremos cuando hayamos recogido la “crema”.
El que lo aparejaba pensó: Las inversiones importantes que haya que hacer las convierto en pasivos, pero como no sé cuanto tiempo va a durar esto, cojo los préstamos grandes, de largo plazo a organismos bilaterales, con garantía del gobierno; si me sacan, se quedan con su deuda.
El que lo aparejaba pensó: Los préstamos de corto plazo se los cojo a mi matriz, a unos intereses que aseguren que si no ganamos cuartos aquí, los ganamos allá.
El lector probablemente está pensando que abusaron de usted. No, esto es racionalidad económica. Si usted fuera el inversionista y estas fueran las señales de mercado que le dan, hubiese hecho lo mismo.
¿Como se corrige esto? De la misma forma que se creó, dando señales claras de qué es lo que queremos y cerrando la puerta al que no esté dispuesto a hacerlo. A continuación algunas señales que deberíamos dar:
  1. El Acuerdo de Madrid debe ser desmontado. Si para ello es necesario el juez Garzón, adelante. El mercado eléctrico por definición es un mercado de competencia perfecta; estos acuerdos enturbian esa perfección y bloquean la posibilidad de bajar los costos de generación.

  2. Debe renegociarse el contrato con la Compañía Electricidad de San Pedro de Macorís tomando en cuenta que el negocio de ellos es producir y cobrar electricidad, no los pleitos legales.

  3. Ya sin Contratos de Compra de Energía (PPA) de largísimo plazo, CDEEE puede sacar a concurso un PPA por 500 MWH adicionales con Costo Variable de Despacho de menos de US$25 por MW con referencia de petróleo a US$26.00. No habrá energía barata y de calidad mientras no haya plantas de gran eficiencia y capacidad.

  4. Debe concursarse la concesión para la construcción y operación de un gasoducto que lleve gas natural a San Pedro de Macorís para suministrar combustible más limpio y eficiente a 500 MW de capacidad instalada allí y a su industria. Primero, se debe producir un reglamento para regular la transmisión y peajes de combustible. La Secretaría de Finanzas hizo en el 2002 un concurso internacional para contratar los expertos, pero nunca lo ejecutó.

  5. El tope del mercado spot de electricidad se debe revisar a la baja. El sistema de Lista de Mérito tiene el defecto de que favorece que no se construyan unidades de pico más eficientes, creando una entrada en ineficiencia más rápida en los picos. El tope debe estar atado a un heat rate de no más de 9000 btu por KW. El mismo podría ser suplido con los motores a bunker actualmente en generación de base.

  6. Debe establecerse una meta para la reducción de la emisión de NOx (óxidos de nitrógeno) del sistema con un plan a cinco años que reduzca estas emisiones a niveles que nos permitan optar por Bonos de Descontaminación por la reducción de emisiones.

  7. La línea de transmisión de 345 kV debe de ser concesionada su construcción y operación en un concurso internacional cuyo único requisito sea que el proponente haya realizado obras similares o mayores y que tenga la solvencia económica y moral para ejecutar el proyecto. Esta línea no es económica, pero es la única garantía de que la energía este disponible en todas las zonas del país y que en el largo plazo la transmisión tenga la robustez para evitar los apagones nacionales. La propuesta del Embajador Amado de 80 millones de Euro hay que tomarla, pero sugiero que la convierta en un préstamo a 20 años sin intereses al ganador del concurso anteriormente propuesto.

  8. Las hidroeléctricas deben de ser concesionadas en concurso internacional a empresas de reconocida capacidad y solvencia que se comprometan a rehabilitarlas, operarlas y mantenerlas cobrando sus honorarios del exceso de generación que logren sobre la generación actual.

  9. El mínimo para declararse usuario no-regulado debe de ser bajado a 500 kw. La electricidad es un insumo industrial y no seremos competitivos como país si no bajamos el costo de ese insumo.

  10. El precio industrial de electricidad debe de ser variable por hora. No es justo que se les cobre un precio que incluye horas pico (7:00 PM a 10:00 PM) a usuarios que consumen en horario de producción en base.

  11. El precio para usuarios industriales menores debe partir del costo medio de los PPA más el Valor Agregado de Distribución (VAD) y al consumidor doméstico debe de construirse en función del monto consumido. La electricidad con la que se acondiciona el aire de un apartamento de lujo no puede costar lo mismo que la que ilumina a un niño que hace la tarea en un barrio pobre.

  12. La electrificación de los barrios pobres y la electrificación rural no es negocio. Existen fuentes de fondos extremadamente blandos (sin intereses a 10 años o más) que pueden usarse para financiarlo. El gobierno puede asumir, mediante concurso público internacional esa inversión como parte de la capitalización de las distribuidoras.

  13. Las distribuidoras deben auditarse por eficiencia en el servicio y cobertura de clientes, con metas específicas a lograrse en un cronograma claro. El fracaso en la tasa de cobro de las distribuidoras es su problema; tengo clientes que no me han pagado, pero los que si pagan no aceptan que les suba mis honorarios para cubrir el déficit, ese es mi problema.

  14. Debe regularse que los usuarios que generen energía por medios renovables (aire, sol, mareas, etc) puedan inyectar su exceso de generación a la red, y que se le acredite la generación despachada a precio de compra.

  15. Un megavatio de generación por energía no convencional necesita cinco veces la inversión de uno con energía fósil. Debe eliminarse todo impuesto, tasa, tarifa, recargos, etc. a los que inviertan en estos medios de generación, gestionarse un fondo de financiamiento internacional a intereses subsidiados para facilitar el acceso a esta tecnología y dársele prioridad de despacho a los parques que se construyan.

  16. Todo, absolutamente todo, debe de hacerse por concurso, donde las bases de los mismos sean discutidas de manera amplia y pública antes de su oficialización.

  17. El negocio eléctrico mueve al año más de mil millones de dólares a precio de consumidor. Sin cuestionar la honestidad de los actores, no se debe asumir la de nadie. Es imperioso que las empresas privatizadas tengan Juntas Directivas con representantes de los sectores industriales, sociedad civil y gobierno. Sus estados financieros y sobre todo su gestión debe de ser transparente y abierta al escrutinio público. Todos los datos de venta, compra y gastos deben estar disponibles en línea hasta cuentas contables de segundo nivel.
No creo tener el monopolio de la verdad, probablemente estoy equivocado en algunas cosas. Si embargo, estoy seguro que la mayoría de estas medidas son aplicables comenzando por el corto plazo. Solo si damos señales de mercado claras e inequívocas de que el burro no quiere este aparejo, sino uno más justo, el que nos va a aparejar nos respetará.
Agosto, 2003