martes, julio 10, 2007

Ya entiendo.

Hasta el día de hoy República Dominicana me ha sido especialmente curiosa como caso de estudio debido a sus innumerables paradojas. Un correo electrónico del arquitecto Víctor Pérez ha tenido el efecto de un momento epifánico: revelación de un secreto que explica como a pesar de todas las incongruencias aparentes el país funciona: ¡Superman es Dominicano!

En República Dominicana el nivel de desempleo es uno de los más altos de América y tenemos una recaudación fiscal equivalente al 18% del PIB. O sea, uno de cada cinco personas en edad laboral está básicamente mirando para el techo, pero los otros cuatro dan para aportar lo que aportan países donde el desempleo es 8-12%.

Un país donde la evasión fiscal es un delito casi inexistente, pues nunca nadie ha ido preso por evasión, ni se le han puesto multas ruinosas. Sin embargo se inventan el Número de Comprobante Fiscal y no queda más remedio que subir los precios, porque los beneficios de la evasión parecen haber sido compartidos con los clientes.

Un país donde el 20% de los dominicanos de arriba recibe el 52% del Ingreso Bruto Nacional mientras el 20% de abajo sólo recibe el 3.3% (datos al 2002, CEPAL) y de alguna manera ese 20% al borde de la miseria podía vivir con el equivalente a US$1.08 por día mientras el 20% superior nos quejamos de que los US$17.03 diarios no nos alcanza para comprar un queso decente en el supermercado.

Las comparaciones en República Dominicana hacen al resto del mundo palidecer. El Presidente de la Cámara de los Comunes en Inglaterra gana £139,740 al año, aproximadamente 30% menos que un Secretario de Estado dominicano.

Aquí los roles son bizarros; el presidente del principal partido de oposición baja la barra de los dimes y diretes cuestionando la capacidad de generar salario del Presidente de la República, no su política.

País ilítero, donde la vida no copia la novela, porque no sabemos leer, si no al dicho popular, más en consonancia con la tradición oral. El candidato a negociar marca su estrategia tirando papeletas desde un helicóptero, porque “Morocota mató a menú y papeleta acabó con to’”.

País donde la democracia del vulgo genera más Balagueristas póstumos que los que obtuvo el personaje original en 22 años de dictadura ilustrada.

Efectivamente, la única explicación posible de que este avispero de país no haya causado un desastre social y ecológico peor que el de Haití y con efecto invernadero a nivel mundial es que tranquilo, desde Villa González, Superman Marte entra todos los días a su cabina telefónica y de ella sale el superhéroe que mantiene todo este esperpento pegado, de alguna manera funcionando. Esto lo logra a pesar de los súper villanos que desde sus guaridas disfrazadas de partidos políticos, empresas, ONG’s y organizaciones populares tienen su kriptonita a mano para liquidarlo.

Larga vida Superman; Nietzsche tenia razon, el Superhombre vive, en Villa Gonzalez.

1 comentario:

Ricela dijo...

Hola
Felicidades por tu blog soy fiel lectora, y tambien he insitado a otros amigos a leerlo y le ha gustado

Me encanto este articulo, entre otros, ahora yo tambien entiendo
muchas cosas
SUPERMAN VIVE.
no nos queda otra explicacion

Espero verte por skype algun dia
saludos
Ricela