Una de las características de la ciencia económica es lo poco precisa de sus predicciones. Por suerte, la gente tiene la memoria corta y nadie que sea medianamente inteligente las cree. Yo estudié administración por lo que no me siento perseguido por el mismo estigma, de modo que aquí van algunas "predicciones astrológicas y horóscopos personales" para el 2008. Debo aclarar que se refieren principalmente a la economía mundial; la economía local es tan compleja y llena de asimetrías, que no me atrevo ni a intentar pronosticar las aguas de mayo o si habrá segunda vuelta.
Nos vamos a pasar el 2008 bailando con la más gorda. La recesión mundial es el riesgo mayor del 2008. El conductor del carro del mundo es los Estados Unidos de América y su economía está muy golpeada en lo interno por la crisis de los subprime y en lo externo por el precio del petróleo y la guerra en Irak. El estimado de crecimiento económico de los EEUU para el último trimestre del 2007 es cero, y para el primer trimestre del 2008 es menos de 1%. Arriba de eso, el Índice de Consumo se espera que crezca menos de 1.5% comparado con el 2.8% que creció en el 2007.
El Tsunami que comenzó en Manhattan a principios del 2007 no ha acabado de producir daños. La Reserva Federal y los bancos centrales de los países desarrollados han hecho disponible más de 100 billones de dólares en facilidades de corto plazo a los bancos y el lio sigue. La Reserva Federal ha bajado la tasa Prime sucesivamente sin lograr resolver la iliquidez del mercado, a la Fed le han seguido todos los bancos centrales del G8 y todavía nadie se atreve a decir de cuanto es la pérdida. Los pronósticos más optimistas esperan que para el tercer trimestre del 2008 se tenga una idea de cuánto costó la fiesta y cuanto le toca a cada quien de la cuenta.
Como primer efecto varios bancos hipotecarios han quebrado, los devaluados petrodólares están sirviendo para adquirir intereses importantes en bancos comerciales como Citibank o en grandes empresas necesitadas de efectivo en el negocio inmobiliario. Faltan todavía algunas quiebras multimillonarias en la industria de seguros de hipotecas y títulos; o por lo menos pérdidas paralizantes que dificulten la emisión de títulos asegurados de deuda municipal y corporativa, limitando las fuentes de financiamiento a mediano y largo plazo y agregando una nueva capa de riesgo al negocio financiero.
Los ajustes de la tasa Prime han traído a su vez un efecto secundario: el spread entre la tasa LIBOR (London Inter Banking Overnight Rate) y la tasa Prime se ha alocado. LIBOR y Prime se mantienen alineadas con un spread entre las dos que se mueve entre 250 a 280 puntos básicos en la tasa a tres meses, que es la más especulativa. Como los fundamentos que crean la tasa en los EEUU y en Londres son diferentes en este momento, la volatilidad de ese spread se ha incrementado, para delicia de los traficantes financieros y desesperación de los empresarios que tienen que acudir al mercado en busca de financiamiento de corto plazo. En resumen, serias limitaciones para el financiamiento de corto y largo plazo.
La política de rescate de las hipotecas subprime desarrollada por el gobierno de Bush se centra en hacer disponible fondos para restructuración de la deuda asumida por los adquirientes de casas que están entrando en impago. Sin embargo, la historia bancaria enseña que el 40-50% de los que no pueden pagar un préstamo, fallarán aunque le reestructuren el mismo y los pongan a pagar menos. Esta política se puede ver como el cuento del vaso, medio lleno o medio vacío. Se salvarán 50% de los créditos malos o se fuñirán más allá de toda esperanza el 50% de los créditos subprime. De todas formas, el resultado neto sobre la economía de los EEUU es que el aporte del sector construcción al PIB de ese país será de más de 1% negativo.
El primer efecto que se sintió del tsunami de los subprime fue la subida de la tasa interbancaria, motivando que la Reserva Federal bajara la tasa Prime. Como el problema no está resuelto, y todavía reina mucha desconfianza en la comunidad bancaria norteamericana, a la Fed no le queda más remedio que seguir bajando la tasa Prime. En el futuro inmediato y hasta que el agua no se aclare, la tasa Prime deberá caer por debajo de 4% y más bien cerca de 3%. Adicionalmente la Fed más temprano que tarde deberá seguir la política de Bush y seguir haciendo disponible más dinero al sistema financiero para evitar colapsos mayores. El problema es que este dinero va a resarcir pérdidas de especulación, no a aumentar la capacidad productiva o competitiva de los EEUU, por lo que no se espera que dinamice la economía.
El desempleo subirá en los EEUU en el 2008. Esto será más notable en el sector construcción y servicios, con el consiguiente efecto en la reducción de la demanda, y por consecuencia en el índice de inflación. Si el congreso demócrata logra su objetivo de reducir las tropas asignadas a Irak y Afganistán, esto agregará más jóvenes en los niveles más bajos de la sociedad americana a la lista de los demandantes de empleo.
Más desempleados y menor demanda implican menos presión sobre los precios y proyecta que la inflación interna en los EEUU será mínima; aunque el pronóstico del dólar frente a las otras monedas fuertes es que se mantendrá su caída, aunque amortiguada.
Cuando el chofer del carro desacelera, todos desaceleran. La reducción del crecimiento de EEUU, un euro más caro, el precio del petróleo, las secuelas de la crisis de los subprime y la consecuente reducción del crédito afectarán negativamente el crecimiento de la Unión Europea. Excepcionalmente, Rusia y Noruega, grandes exportadores de gas natural y petróleo, así como de metales, tendrán ingresos extraordinarios. Japón tomó medidas a tiempo y parece ser el menos afectado por la crisis, pero los orientales han sido tradicionalmente muy dados a esconder bajo la alfombra sus problemas y resolverlos adentro, a menos que el lio sea tan grande que les explote en las manos.
China e India, las grandes nuevas economías serán afectadas por la desaceleración de EEUU, pero dado su dramático desempeño, todavía el efecto no se notará hasta finales del 2008. Los chinos, sobre todo con los gastos billonarios de las Olimpiadas de Beijín en agosto, se están jugando la camisa. China había mantenido la paridad de yuan con el dólar como una política de estado, pero a partir del tercer trimestre del 2007 se comenzó a ver un deslizamiento de la moneda hacia una paridad más alta. El efecto de esta política cambiaria encarecerá sus precios y frente a una economía norteamericana con una demanda reducida, desacelerará sus exportaciones, favoreciendo la reducción del monstruoso déficit de balanza de pagos entre ambas naciones.
Precios de petróleo a $100 el barril no tiene sustento. No es verdad que el consumo mundial ha subido de una manera abrupta, ni la disponibilidad u horizonte de inventarios ha cambiado de manera tan radical que explique el incremento de precios promedio de $64.60 el petróleo de Texas (WTI) en el 2006 a los $90 en noviembre del 2007. Sin embargo, hay numerosas razones de mercado para explicar porqué el precio se mantendrá alrededor de los $75-80 para el 2008.
En resumen, la economía de los EEUU tiene un muy alto riesgo de sufrir una recesión agravando las consecuencias antes mencionadas y con un efecto de onda expansiva que puede ser desbastadora. ¿Qué tiene que ocurrir para que esto pase? Casi cualquier cosa. Un aumento de los precios del petróleo, un incidente entre Corea del Norte y Japón, un lio en Irán, un ataque terrorista en EEUU, en fin, casi cualquier cosa.
¿Y a mi qué?
Todo el mundo sabe que "cuando los EEUU estornuda a América Latina le da catarro"; no he oído a nadie decir lo que pasa cuando los EEUU coge un catarro con fiebre y tos. Vamos a tratar de aproximar el efecto de esta gripe sobre nosotros.
Menos remesas. Los migrantes dominicanos están principalmente insertos en el sector construcción y servicio de la economía norteamericana. El decrecimiento del sector implica desempleo para los migrantes legales y menores salarios para los ilegales, que junto al endurecimiento de las políticas anti-migración que caracterizan un año electoral en los EEUU pronostican un futuro difícil para nuestros compatriotas en el exilio económico.
Los datos del estudio de Bendixen y Asoc. señalan que tres cuartas partes de los tres mil millones de dólares que los emigrantes dominicanos mandan para mantener a sus familias aquí vienen de los Estados Unidos continental y Puerto Rico. En promedio, los dominicanos mandan para RD aproximadamente el 10% de sus ingresos. Una caída de 3% en los ingresos de estos migrantes implica que deberán cortar sus remesas por lo menos en un 15% para distribuir el impacto equitativamente. Es razonable pronosticar que los ingresos por remesas se estancarán y podrían caer en unos $150 millones de dólares.
1,9 millones de dominicanos recibieron $2,700 millones de dólares en remesas en el 2004, de estos el 50% tienen ingresos de menos de 15 mil pesos mensuales; la remesa promedio significa un tercio del total de los ingresos de estas familias pobres. La reducción que preveo en las remesas significará por lo menos una contracción de la demanda interna de los grupos más desposeídos de la nación en más de 5 mil millones de pesos.
Menos turismo. Durante los últimos cinco años el perfil de la composición del turismo hacia RD ha cambiado para favorecer el turismo norteamericano. Por el lado positivo, el estar apegados al dólar mantendrá la competitividad del destino vis a vis el turismo americano y nos hará más competitivos frente al europeo y canadiense. Sin embargo, la reducción del ingreso disponible de los norteamericanos y de los dominicanos allí residentes afectará negativamente la actividad turística. El cambio hacia un turismo de mayor nivel de ingreso protegerá algunos destinos, pero la incertidumbre en el negocio inmobiliario en los EEUU puede hacer más tímido el flujo de inversión hacia los proyectos inmobiliarios locales.
Reducción del flujo de inversión extranjera. El empantanamiento de la economía norteamericana implica una actitud ambivalente del inversionista de ese país. La estrategia de protección del patrimonio implica invertir fuera de los EEUU, pero solo donde la seguridad jurídica lo haga atractivo y la moneda proteja el valor. Los mercados que mejor cumplen con esos postulados son: primero los de las economías emergentes del este europeo; en oriente China, India y los tigres asiáticos y en América Latina Brasil, Chile, México y Argentina y en menor medida Costa Rica.
Incremento del desbalance comercial. Con nuestro principal socio comercial desacelerado, la demanda por bienes de la RD se mantendrá fija o con tendencia a la baja, con la consiguiente reducción en los términos de intercambio. Sólo se exceptuarán los bienes básicos como los metales, cuya demanda se mantendrá alta todavía durante el 2008. Si a esto le agregamos subidas de precios de los bienes chinos y europeos por deterioro de la tasa de cambio entre sus monedas, las importaciones dominicanas pueden subir de precio en un 3 a 4% durante el 2008.
US$500 millones de dólares más que en el 2007 para petróleo. Petrocaribe cubrirá una parte de ellos, pero la diferencia se irá a incrementar la deuda externa, la cual puede terminar en un 2% del PIB adicional a los niveles actuales sólo por concepto de carburantes.
Deterioro de la tasa de cambio. Menos remesas, turismo e inversión extranjera, deterioro de los términos de intercambio y precios más altos del petróleo implican tendencia alcista de la tasa. Esto no es malo de por sí, lo es en cuanto incide en el costo de las importaciones; si la inflación importada desde EEUU es baja, el asunto puede ser manejable. Hay que recordar que simultáneamente una tasa más alta hace nuestras exportaciones y turismo más competitivos y las remesas rinden más en pesos. El mayor riesgo está en que por razones de campaña se gasten reservas del Banco Central tratando de parar lo inevitable, el alza. Estas reservas tienen que ser manejadas con extrema prudencia para evitar las alzas especulativas, pero con la visión de que la tasa de cambio no es un fin en sí misma, si no la manifestación del estado de la economía nacional con relación al resto del mundo.
Subsidios. En un año electoral no veo probable que el gobierno renuncie a la política de subsidios del sector eléctrico y del gas propano, lo que acoplado a la subida de los combustibles llevará los mismos a más de $800 millones de dólares sin mucho esfuerzo. En ese escenario la lucha contra la pobreza, educación, salud, seguridad social e inversión en infraestructura deberán ir a sentarse en "la cocina" de la guagua del gasto gubernamental.
¿Y no va a pasar nada bueno?
Lo mejor del 2008 son las elecciones. No porque se quede uno o venga otro, si no porque una vez pasen tendremos un par de años sin volver a pensar en campaña presidencial y podremos concentrarnos en gobernar. En lo que pasa el bochinche este hay algunas cosas que se pueden hacer; unas ayudan la campaña del presidente, como la reducción de los impuestos indirectos, sobre todo el ITBIS, y otras que se podrán hacer después de agosto en reducción de los gastos corrientes del gobierno y eliminación de los subsidios.
El sector empresarial del país necesita prepararse para aprovechar la oportunidad de una tasa más competitiva para las exportaciones e invertir en tecnología y capacidad gerencial que le permita mejorar su eficiencia.
Una excelente inversión que pueden hacer los grupos económicos del país es apoyar financieramente las organizaciones de la sociedad civil que demanden transparencia y persigan la corrupción con acciones específicas. Es más negocio "ponérsela difícil" a los políticos de turno y "forzar" el ejercicio gubernamental dominicano a la legalidad, que el dudoso beneficio que produce una prebenda que otorga un gobierno y que es desconocida por el próximo. Mientras el empresariado sea oportunista el estado dominicano será mala paga, incumplidor y arbitrario y nuestro país no estará en el mapa de los destinos de inversión atractivos.
El poeta norteamericano Robert Kelly publico en 1979 una colección de trabajos que intituló "Maten al Mensajero que Trae Malas Noticias", les prometo que este será un solo artículo, no quisiera que nadie decida seguir las recomendaciones del bardo.
LOS QUE QUEREMOS LA DECENCIA SOMOS MÁS
El autor es consultor de negocios.
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