martes, enero 22, 2008

¿Por qué no tenemos un Estado de Derecho?

Primero definamos "estado de derecho" como el ejercicio de las obligaciones y derechos de la ciudadanía con sujeción exclusiva a las leyes sustantivas y taxativas vigentes. En el país sujeto a un estado de derecho existe un cuerpo especializado en dirimir las diferencias ente los ciudadanos, instituciones y gobierno (la justicia) de acuerdo a un grupo de normas expresas y generalmente conocidas y aceptadas, donde la administración de esta justicia es eficiente, está libre de influencia de las partes y sus decisiones son acatadas y cumplidas por todos.

Esa no es la definición de casi ningún país subdesarrollado que me haya tocado conocer y ciertamente la RD no cabe dentro de esa definición. La pregunta que me hago es ¿por qué no tenemos un Estado de Derecho?

Primero veamos a quién beneficia la ausencia de institucionalidad. La respuesta casi automática es "a los grupos de poder económico". En cuanto las clases superiores pueden manipular la justicia a su conveniencia parecería que es de su favor; ¿Es realmente así?

Consideremos el aspecto de la oferta y demanda de corrupción judicial. Si los corruptos son pocos, el costo de la corrupción sube y sólo aquellos con suficiente dinero pueden acceder a ella. El problema radica en que las mismas distorsiones de los valores morales y sociales que hacen rendirse ante cien mil dólares a un funcionario público importante que tiene que administrar justicia (legal o administrativa) hacen rendirse a uno de menos nivel ante cien mil pesos. De esa manera el número de corruptos se amplía y el precio de la corrupción baja, promovidos por la tolerancia moral de la sociedad. A una baja de precio responde un aumento de la demanda y se facilita el acceso a la corrupción a más ciudadanos, lo que desvirtúa la afirmación de que la ausencia de institucionalidad favorece a los más ricos. Pregúntese si no ¿a quién favorece que los regidores de San Cristobal se suban los emolumentos de manera desorbitada? Favorece en el corto plazo a ellos mismos y en el largo plazo a sus partidos políticos. Son estos últimos los que administran el acceso a estos puestos cuyo precio de mercado se acaba de incrementar. Estoy seguro que para las elecciones municipales del 2010, la posición de regidor por San Cristobal le reportará ingresos mayores a los líderes de los partidos encargados de repartirlas.

En una sociedad vieja, como las europeas, o institucionalizadas como los Estados Unidos la clase gobernante está organizada desde hace siglos y ha desarrollado la judicatura y la administración del estado de manera que los que acceden a ella son escogidos y tienen vías de acceso bien definidas. En los estados organizados los detentadores del poder económico tienen unas reglas no escritas que limitan el acceso a los favores del estado a muy pocos. De esa manera, todo el mundo asume que existe la corrupción por colusión entre los poderosos y el estado, pero no es aceptable la corrupción pequeña, ni se admite a cualquiera en el círculo de los que tienen acceso a la información vital para beneficiarse de los negocios con el estado. Para hacer este punto más claro veamos un ejemplo:

Los judíos conforman aproximadamente el 2% de la población de los Estados Unidos, sin embargo, de acuerdo a la organización de estudiantes universitarios judíos Hillel, en el 2003 los estudiantes judíos eran el 29.6% del cuerpo estudiantil de Harvard, 26.7% de Yale, 10.6% de Princeton y el 23.6% en promedio de todos las universidades "Ivy League" de los Estados Unidos. ¿Qué importancia tiene esto? John Adams, el vicepresidente de George Washington y segundo presidente de los EEUU se graduó en Harvard en 1755 y hasta hoy, sólo entre Yale y Harvard le han dado 11 presidentes al país. Barack Obama hizo su post grado en Harvard y Hillary Clinton en Yale por los demócratas. Por los republicanos Mike Huckabee no estudió en una universidad de élite, pero Mitt Romney fue a Standford y Harvard. En los últimos 24 años por lo menos uno de los nominados por cada partido a las elecciones presidenciales de EEUU estudió en una universidad de élite; ¿a quién conoció allí? A un judío bien preparado.

Aunque nunca ha habido un presidente judío en los EEUU, y quizás nunca lo haya, si se quisiera contar los altos funcionarios de esa fe, sería imposible: Allan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal, Robert Rubin, Secretario del Tesoro son sólo dos ejemplos. Se entiende que el 40% de los abogados de firmas famosas en New York y Washington son de origen judío y 17 de las 50 corporaciones más grandes de los EEUU fueron fundadas por judíos. De los nueve jueces de la Suprema Corte federal dos son judíos, dos son protestantes y cinco son católicos. De la habilidad de la iglesia católica de moverse socialmente en un país donde son minoría hablaremos en otra oportunidad.

Esto es un ejemplo de cómo se organiza y como se aprovecha la movilidad social en un país que conforma una clase gobernante con sentido de continuidad, y que usa los partidos políticos como mecanismo de acceso al poder, pero no admite que estos secuestren el estado.

La alta movilidad social de un país pobre donde un ignorante se va a "los países" a traficar drogas o a jugar baseball y regresa para anexarse a la clase empresarial y social sin haber asumido cierto código de conducta manifiesta esta ausencia de conciencia de clase en el nuestro. La misma movilidad social se aplica a cualquiera que es capaz de ascender en un partido político en función de su habilidad de hacer o comprar alianzas y accede a posiciones de poder político. Una vez allí, la actitud de los grupos económicos dominicanos es traficar influencias con él y darle acceso a su círculo social. Esto permite y fomenta la impunidad que viola el estado de derecho y cierra vías de acceso al servicio público basado en el mérito o las calificaciones; hay un solo requisito y vía de acceso única a la administración pública: los partidos políticos.

La ausencia de un estado de derecho que garantice el desarrollo armónico de la sociedad es un mal cuya génesis y solución está en manos de los grupos de poder del país. Mientras el oportunismo sea la divisa que guie el ambiente de negocios y los poderosos crean que refugiados en sus villas y torres pueden escapar a la consecuencia de su irresponsabilidad con la nación, continuará el desorden. Los partidos políticos seguirán secuestrando el estado y acumulando fortuna a partir de este para perpetuar su secuestro.

Una política consciente con acciones definidas para ampliar el estado de derecho nos abrirá las puertas al desarrollo económico, social y político con igualdad de oportunidades para todos los que se apeguen al estricto cumplimiento de la ley. La mayor ventaja está ya en manos de los que tienen el capital para financiar ese desarrollo; son de ustedes las fortunas que ese estado de derecho ha de defender.

LOS QUE QUEREMOS LA DECENCIA SOMOS MÁS

El autor es consultor de negocios.

Email: federico@promarketdr.com, www.tomandoencuenta.blogspot.com

Publicado en el Periódico Hoy los días 22 y 23 de enero del 2008

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