La gente decente en este país es muy poca como para permitir que se les difame impunemente. Con toda mi solidaridad,
Federico A. Martínez
Rafael Acevedo y Alvarito
Por Venecia Joaquín
Me dolió el maltrato que le dieron al Lic Rafael Acevedo, representante de la Gallup en el país, en el programa radial llamado Gobierno de la Mañana. Los insultos de que fue objeto me hicieron llorar de impotencia por no poder elevar mi voz en ese momento ante tantas mentiras e injusticias.
Conozco a Rafaelito desde mi época de catedrática en la PUCMM en Santiago. Sigue siendo el mismo ser humano, sereno, discreto, sincero, respetuoso, afectuoso, algo tímido. Un padre de familia ejemplar. Un profesional a carta cabal. Sociólogo. De los técnicos más prestigiosos del país. Responsable y honesto en sus acciones. Lo ha puesto de manifiesto en sus actividades profesionales, como comentarista y analista de televisión, en sus labores de investigación, razón por la cual es tan solicitado y la Gallup lo puso al frente de su organismo y la única razón por la que creo en esa encuestadora.
Realiza sus labores técnicas diariamente y luego se concentra en su iglesia, Dios, su familia y su guitarra. No es de los que no se desconectan y pasan las 24 horas en lo mismo. Airea su mente para no fanatizarse.
Esta mañana en el programa, en ningún momento ofendió. Con diplomacia, casi con admiración y cariño, alabo la amplia cultura, sapiencia y enseñanzas históricas de Don Alvaro Arvelo. Con suavidad le comento que si su lenguaje fuera mas dulce, mas personas lo escucharan, pues a algunos no le gustan las palabras odiosas que usa.
Me puse las manos en la cabeza cuando dijo eso. Conozco las sensibilidades de los actores de ese espacio. Sabia que eso no le agrado a Don Alvaro. No iba a aceptar esa sutil injerencia. No me sorprendió que le diera vuelta a los planteamientos y de repente arremetiera duramente contra Rafaelito. Se puso agresivo. Su ira comenzó en la persona de Rafaelito, por un detalle que no lo escuche decir, luego el paso a su trabajo en la Gallup, lo quiere aplastar y hasta yo recibiré mis fundazos por estas opiniones. Lo insultó, humilló, desafió y nadie en el programa se atrevió a detener este manantial de injusticias y menos defender a Rafaelito. Esa observación que le hizo a
Don Alvaro, que todo el mundo critica y rechaza, hecha frente a frente, y en su espacio, lo enojo mucho. Me sorprendió que un hombre discreto y tímido como Rafaelito fuera capaz de hacerlo. Como creyente, creo que Dios le dio el valor de hacerlo por el bien del pueblo que lo escucha. Don Alvaro demostró que ese es su fuerte, su arma poderosa, aplastante y lo demostró ahí mismo. Le dio duro y sin razón. En la actitud de Rafaelito surgió el educador, el que ama a Dios, el que busca que en la población predominen los más sanos valores morales y espirituales. Rafaelito cree que los que trabajan en los medios de comunicación, tienen una labor educativa que realizar en pro de los que no tienen acceso a las escuelas y universidades y más aun cuando ese programa o periodista, sabe llegar a las masas. Aunque me condenen a muerte, me permito sugerirles a los miembros de ese programa, que conozcan más de Rafael Acevedo. Sabrán que es un caballero, un profesional honesto que merece mucho respeto. Un amor como persona.
Procede que le pidan excusas para tranquilidad de su hermosa familia, amigos y colegas. Necesitamos muchos Rafael Acevedo en el país, si abogamos por justicia social. Al igual que el, creo mucho en Dios, no provoquemos la ira divina.
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