Supervisión Bancaria y Política Económica
Por Federico A. Martínez
La supervisión bancaria es un tema poco tratado en los medios públicos de comunicación por su especialización técnica, sin embargo es importante no solo para la protección de los cuenta-habientes; la normativa financiera tiene además un rol importante en la política económica del estado, pudiendo promover o restringir la masa monetaria, la promoción del ahorro y el acceso del público al crédito.
Los eventos recientes alrededor del sistema bancario dominicano han traído a la luz la necesidad de una actualización en la normativa vigente. Como consecuencia se han actualizado una serie de normas prudenciales emitiendo Reglamentos que definen los límites dentro de los cuales se puede mover el negocio bancario. Para entender el rol de la normativa en el negocio bancario, es primordial apreciar elementos que les son únicos.
Primero, el principal inversionista en un banco es el público. Si usted es dueño de un negocio, usted decide a quien le da crédito, cuanto le da y como quiere que se lo pague. En el banco no es igual; el banco presta un dinero que no es suyo, de hecho, según la regulación bancaria vigente 88 de cada 100 pesos en activos del banco pueden ser del público.
Segundo, el negocio bancario es un negocio de riesgo calculado. Cada préstamo tiene un “riesgo de impago”, que es la probabilidad matemática de que el cliente en cuestión no pague. Ese riesgo de impago lo definen muchas variables, la primera es la “capacidad de pago”, vamos a sobre simplificar un ejemplo: Si usted paga $60 pesos diarios para ir y venir a su trabajo, puede tomar un préstamo de $20 mil pesos, al 3% mensual, a 48 meses para comprarse una motocicleta y pagar el préstamo y la gasolina con lo que se ahorra en pasaje; los mil trescientos pesos mensuales que usted paga de pasaje son su capacidad de pago. Otro elemento a calcular es el “riesgo moral”, este se mide por su “historial de pago”. Si su reporte de crédito en uno de los burós existentes dice que usted paga a tiempo su teléfono y la tarjeta de crédito, el banco concluye que usted tiene hábito de pago y el riesgo de que usted no pague por sinvergüenza es menor. Finalmente, la motocicleta que usted quiere comprar vale 25 mil pesos, de los cuales usted tiene ahorrados 5 mil y le piden que deje la matrícula de la motocicleta a nombre del banco hasta que usted termine de pagar, el banco está obteniendo “garantías” sobre su préstamo. Después de analizar las variables anteriores el banco lo califica como cliente “A” y le da el crédito; vale la pena aclarar que un cliente “A” no es un cliente sin riesgo, es un cliente “de Riesgo Normal”.
Ahí entra la Superintendencia de Bancos y sus regulaciones. El Reglamento de Evaluación de Activos dice que los vehículos de motor de menos de 5 años de uso se les aceptan el 50% de su valor de mercado como garantía; como su motor vale 25 mil pesos, su valor como garantía para el banco es $12,500. El monto “descubierto” de garantías de su préstamo es entonces $7,500 ($20,000 – $12,500 de la garantía), que es el monto sobre el que el banco tiene que “provisionar”. La Provisión es la “estimación preventiva de pérdidas asociadas a cartera de crédito…”. Como su crédito fue calificado “A”, el banco debe crear provisiones por $75.00, o sea el 1% del monto descubierto, según usted vaya pagando ese monto desaparece de las pérdidas; si usted hubiese sido clasificado “C”, el monto de las provisiones sería $1,500 (el 20%).
Los $75.00 de la provisión reducen los beneficios y por tanto el patrimonio del banco; ese patrimonio tiene que ser no menor de 12% según la regulación bancaria vigente. Al crear la provisión el banco tiene que ajustar su Patrimonio Técnico y las maneras de hacerlo no son muchas: reducir sus beneficios, si los hay, reducir sus riesgos haciendo sólo préstamos “A”, reducir el monto total de sus activos vía reducción en su cartera de préstamos o los socios incrementan el capital invirtiendo más en el banco.
La evidencia mundial señala que el monto de las provisiones es procíclica; las mismas aumentan después de un descenso económico y solamente cuando ya ha ocurrido un deterioro significativo en la calidad del crédito. Las condiciones financieras en la economía evolucionan en sincronización con las diferentes fases del ciclo económico; los períodos de expansión económica incrementan el ingreso y fortalecen el estado de situación de las familias y las empresas facilitando el crédito. Como contraste, la calidad de los sujetos de crédito se deteriora durante los períodos de decrecimiento económico, lo que se asocia con la reducción del ingreso y mayores dificultades financieras. El incremento en los créditos vencidos extienden esas dificultades al sector financiero.
Este patrón contribuye a los ciclos del sistema financiero y de la macroeconomía. Según los datos reportados por la Superintendencia de Bancos en su resumen de los estados financieros de los bancos comerciales, en diciembre del 2002 las Provisiones para Cartera de Crédito eran de $4,202 millones contra una cartera de $128,597 millones; para septiembre del 2005 habían subido a $9,594 millones contra una cartera de $132,659 millones. Para la República Dominicana de septiembre del 2005, con varios bancos quebrados en los últimos cinco años un 7.23% de cobertura de provisiones puede ser suficiente, poco o demasiado, eso es el producto de un análisis más detallado; sólo puedo tomar como referencia que en países como Chile en esta misma fecha era 1.68% para el sistema financiero, 4.73% en Colombia, 7.9% en Argentina, 2.5% en Guatemala y 5.16% en España. Lo que si es indudable, es que el monto de las provisiones en RD es procíclico, estamos saliendo de un período de depresión económica y la normativa bancaria se tomará un tiempo en ajustarse a la mejoría de los índices macroeconómicos.
La génesis contable de la normativa existente hace que la misma sea de vocación forense; analiza los eventos post-facto y se ajusta en ese sentido. La normativa relativa a provisiones en algunos países se basa en “fair market value” o “valor de mercado”; este tratamiento ajusta las mismas sobre la base del valor del crédito si se vendiera en el mercado financiero, de manera que el monto de las provisiones se ajusta en función de la ganancia o pérdida de valor del préstamo contra su valor en libros. Con las críticas correspondientes, este sistema tiene la ventaja de que el tiempo de reacción de las provisiones a los cambios macroeconómicos es más rápido, haciendo disponible más dinero cuando la economía avanza y reduciéndolo cuando se entra en un período de recesión. El Banco de España por su lado ha desarrollado un modelo que está en observación de la comunidad regulatoria mundial desde hace seis años, el “Provisionamiento Estadístico”; Hasta 1999, las principales provisiones por insolvencias afectaban a los activos dudosos. Existe también una cobertura genérica uniforme de hasta el 1% para los activos no dudosos. En junio del 2000, se introdujo una nueva provisión estadística (o dinámica) para las entidades de crédito españolas. Dicha provisión cubre las pérdidas esperadas de la cartera no dudosa durante todo el ciclo crediticio y, por lo tanto, contrarresta el impacto cíclico de otras coberturas específicas sobre la cuenta de resultados. En la fase alta del ciclo económico, las coberturas específicas son bajas y la provisión estadística se acumula generando un fondo; en la fase baja del ciclo, se puede hacer frente al crecimiento de las coberturas específicas recurriendo al fondo para la cobertura estadística en vez de a la cuenta de resultados. A diciembre del 2004, más de la mitad de las entidades de intermediación financiera en España habían alcanzado el tope de su provisión estadística y ya no necesitan seguir creando este fondo.
Este largo tema (y tedioso para el no iniciado) no tiene otro propósito que el de llamar la atención sobre el rol de la regulación financiera sobre la macroeconomía y entusiasmar a los actores del sector a envolverse en una discusión productiva sobre como usar la misma como instrumento de desarrollo.
El autor es consultor empresarial
Email: federico@promarketdr.com, http://tomandoencuenta.blogspot.com/
Articulo Publicado en el Periodico Hoy del 7 de Junio del 2006
Correccion recibida de Agustin Reyna Jimenez
Saludos Federico.
Estuve leyendo su artículo del día de ayer, muy interesante por cierto.
Tengo algunas discrepancias con usted con respecto a la Provisión de la Cartera de Crédito, las cuales paso a exponerles:
El articulo 55 del Reglamento de Evaluación de Activos letra “a” establece que los créditos clasificados “A” - Créditos de Riesgo Normal- provisionan el 1%.
Esto es del total del préstamo, no de la porción expuesta.
En la tabla #9 que se encuentra justo debajo del articulo 32 del mismo reglamento se observa claramente como se comportan los ajustes en función de la cobertura.
Aquí podemos ver que un crédito clasificado “A” provisiona el 1%, tanto de la porción cubierta como de la expuesta.
Si el crédito estuviese clasificado “C”, como usted señala en el ejemplo, provionaria de la forma siguiente:
1% para la porción cubierta y
20% para la porción expuesta.
Con sentimientos de consideración y estima le saluda
Agustín Reyna
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