sábado, marzo 26, 2011

Amarilla es la esperanza

Por Federico A. Martinez

Había decidido dejar de escribir. Había perdido la esperanza.

Concentrar mis esfuerzos en desarrollar negocios fuera de República Dominicana tiene su premio: No pago sobornos y no me los piden. No tengo que tener políticos de socio. Mis asociados son empresarios educados que creen que una buena idea, bien trabajada, es suficiente mérito para merecer un pago.

Sin embargo, la mayoría de mis hijos y mis nietos viven aquí. Viven acosados por un empresariado envilecido en el oportunismo comercial. Rodeados de políticos que entienden que el ejercicio del poder público es una patente de corso y sujetos a un poder público y privado que asume la ley como un instrumento de dominación, no de convivencia.

Y de pronto, se pone amarilla la esperanza.

Un grupo de jóvenes: artistas, estudiantes, empresarios de profunda convicción cristiana, periodistas que no viven del cohecho, políticos que tratan de mantenerse limpios en medio del chiquero y ciudadanos de buena fe se han asociado bajo la bandera de exigir que se cumpla la ley que asigna un 4% del PIB para la educación. Y lo hacen de forma serena y activa, respetuosa y firme, armoniosa y musical. En Youtube hay un video en el link http://www.youtube.com/watch?v=85MXPkEOqWc que canta que "amarilla es la revolución". Y pudiera serlo.

Creo que la transformación de la nación ha de llegar por la institucionalidad, por un juego de reglas que nos demos entre todos, para todos y que sean acatados por todos. Que de la pobreza no redime un pan, redime la educación que permita maximizar lo que cada quien puede aportar, y lo que puede esperar. Profeso la creencia de que el pobre que vende su voto por una caja de alimentos o unos pesos no sabe que vendió su dignidad, reproduce lo que le ha enseñado el que vende la suya por un contrato grado a grado.

El 3 de abril a las 4 de la tarde, en la Plaza de España, nos llaman las voces de estos jóvenes a acompañarles a exigir con música un derecho que tiene el futuro de mis hijos y mis nietos: 4% para la educación.

"Este es el tiempo del que cree y no se esconde": creo, estaré allí, espero que tu también.

LOS QUE QUEREMOS LA DECENCIA SOMOS MÁS.

26 de marzo, 2011

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