lunes, noviembre 03, 2025
Cartas a mi nieto I
Hola Cristico,
Todo el mundo tiene una mamá, a veces desafortunadamente, la mayor de las veces por suerte. A tu mamá se le ha metido en la cabeza que necesitas una carta.  Probablemente sea la única carta que te envíe en toda tu vida.
Tu eres único. No existe, no existió, ni va a existir nunca jamás una persona igual a ti. Eso es una gran ventaja, no hay forma de que te confundan.  La única posibilidad de que te confundan la tienes en ti mismo.
En China, en época de Mao Tse Tung, todo el mundo debía vestirse igual.  La idea era reforzar la igualdad de las personas.  El resultado de eso fue que la China fue pobre por 60 años.
Hoy los jóvenes en China se visten todos diferente y siguen siendo chinos, pero son más felices, además de haberse convertido en la segunda nación más poderosa del planeta y para el 2020 tendrán la primera economía.
No importa lo que hagas, nunca serás otra persona, siempre serás Cristobal José, más o menos feliz.
Tienes una inteligencia muy por encima del promedio.  Sin embargo, la inteligencia es sólo un instrumento de la personalidad.  Es como un serrucho o un violín, si sabes usarlo, puedes crear cosas hermosas y útiles; si no, pues solo puedes dañar cosas, personas o hacerte daño tú mismo.
Es difícil ser diferente.  La mayoría de la gente no tienen tu inteligencia y por lo tanto eres como un pepino.  Los gatos le tienen miedo, sin saber por qué, solo saben que es diferente y le salen corriendo.  Puedes ponerte pelos y bigote, y a lo mejor los gatos no se asusten y salgan corriendo, pero sigues siendo un pepino.
Jodes mucho.  Eso es 50% porque tiene mucha curiosidad y necesitas preguntar y entender.  El otro 50% es porque no oyes.  Se aprende más oyendo que hablando.  Sientes una gran necesidad de decir lo que piensas y lo que opinas, pero si te cayas y esperas un poco, oirás lo que piensa y opina el otro.  Eso te servirá para entender mejor a los demás y poder prever sus acciones.
El mayor peligro de vivir es el miedo.  El miedo a estar solo, el miedo de fallar, el miedo de hacer el ridículo, el miedo de no ser el mejor.  Por eso se aprende más de la soledad y del fracaso que del éxito y la adoración de los demás.  Lo importante es que el miedo no te impida intentar otra vez.
Naciste único y cuando mueras, habrás sido único.  Cuando sea la hora de cerrar los ojos por última vez solo te puedes llevar lo que hayas hecho por y para los demás. Solo para eso te dio Dios la vida.
Tu abuelo Federico
13 de octubre 2016.
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