martes, diciembre 16, 2014
A la una, a las dos, a las tres
Sorpresivamente la corrupción ha saltado a los primeros lugares del interés de los dominicanos. Hasta hace poco tiempo desempleo, inflación, seguridad ciudadana eran temas principales. No es que estos últimos hayan desaparecido, creo que el crecimiento económico hace que factores menos primarios salten a primera plana.
Con un crecimiento promedio del ingreso per cápita de 4.42% anual durante los últimos diez años (BM) el dominicano de $2,407 anuales en el 2004 no es el mismo de $5,826 en el 2013.
Este crecimiento del bienestar y sobre todo de la clase media ha sido paralelo al crecimiento de una clase política que renta del estado. Cada dominicano aportó $215.11 en el año 2000 para que el gobierno administrara el estado; para el año 2013 fueron $446.40. Si bien el estado dominicano provee hoy mejores y más servicios que en el año 2000, poco se puede decir que justifique que cueste el doble.
Una explicación está en la nómina estatal. Para el año 2010 teníamos 444,595 empleados públicos y funcionarios más 132,549 pensionados. Eso es un 4.44% de la población, segundos en el mundo solo a Malasia que tenía 4.68% y distante del tercero Tailandia con 2.06%. Si fuese como en la época de Balaguer, en que los salarios públicos eran bajos, esto no tendría el mismo impacto. Los recientes destapes de la nómina de Relaciones Exteriores son una ventana en el despilfarro gubernamental.
El pueblo que se expresa en la calles, mayormente clase media, está harto del resultado de un estado hecho por y para que los políticos puedan robar impunemente. Y busca salidas…
A la Una…
Los sometimientos a personas que han amasado fortunas indecentes mientras ejercían funciones de gobierno son un primer intento de poner freno al desfalco al erario.
Conceptualizar es formar conceptos, o "Determinar algo en la mente después de examinadas las circunstancias" según el diccionario de la RAE. Presumo que el grupo gobernante, hombres que conceptualizan, examinaron las circunstancias y consecuencias de una rapiña indecorosa. Concluyeron que la mejor manera de manejar el asunto sin moderar el asalto, era crear una estructura legal que permitiera proteger el botín. Desarrollaron un modelo holístico que incluye: una constitución que protege los funcionarios, códigos que limitan las personas que pueden acudir a la ley en busca de parar la corrupción, tribunales legalmente constituidos por conmilitones y finalmente una estructura que asegura a sus sucesores poder hacerse con pillajes similares bajo el marco de la legalidad.
Con esta referencia, solo intereses políticos pueden evitar que una bien engrasada maquinaria evacue sentencias que favorecerán a los implicados, legalizando de paso el mal habido.
A las dos…
Las elecciones son el mecanismo que la democracia provee para cambiar por algo mejor. Aquí tenemos dos problemas:
Democracia es: un ciudadano, un voto. Un ciudadano del 40% de menor ingreso dominicano debe vivir con RD$250 pesos diarios, mientras el 60% superior vive con RD$1,000. Un millón de votos, comprados al por mayor a RD$4,000 cada uno son cuatro mil millones de pesos. Si en el 2010 había 40,000 millones para asegurar la reelección de un partido, "vergüenza contra dinero" es una consigna honorable, pero poco efectiva.
"Algo mejor" tiene problemas para aparecer y organizarse. El estado de cosas actual no fue hecho sólo por el partido gobernante, es el resultado de un acuerdo entre pequeños burgueses trepadores que, en partidos aparentemente opuestos, tienen en común la búsqueda de enriquecimiento sin honorabilidad. Me es imposible imaginar las hienas del solar de enfrente como menos voraces que las actuales.
Hay muchos y valiosos Diógenes en la sociedad civil y en los partidos del sistema buscando un hombre honesto en República Dominicana. El problema es que son muchos y no se organizan. A mi modo de ver el problema es que están encerrados en un modelo del siglo diecinueve que enaltece el Líder Carismático de Max Weber.
El "liderazgo innovador" de J. J. Linz define el tipo de liderazgo político existente en la actualidad en sociedades democráticas modernas. Este liderazgo habla de "personas", en plural, personas que no "hacen" cosas; dirigen procesos sociales. Este liderazgo aglutina gente capaz, con comunidad de creencias, principios éticos y conducta; con ellos enfrenta la búsqueda de soluciones de forma planificada, metódica y organizada. En una sociedad sin líderes capaces de concertar el aporte de cada quien a la solución, el tira y jala de los grupos de interés termina en la situación de explotación y miseria de los más débiles y la amenaza de los bienes, paz y seguridad de los pudientes.
A menos que los Diógenes se junten, en un liderato colectivo, vamos rumbo a unas elecciones que serán más de los mismo.
Y a las tres…
En Perú Fujimori es visto como uno de los peores y mejores presidentes, depende con quien se hable. Su partido tiene actualmente 37 de los 130 congresistas del Perú. No hay duda que en su gobierno hubo corrupción y abuso contra los derechos humanos. Su autogolpe del 1992 disolvió el Congreso de la República, intervino el Poder Judicial y además hubo persecución de algunos miembros de la oposición. Sin embargo el 82% de la población, según todas las encuestas de la época, apoyó esta medida por el desprestigio del parlamento.
Hugo Chávez ganó los comicios presidenciales de 1998 en Venezuela gracias al creciente descontento de la población con una democracia negociada por los partidos tradicionales Acción Democrática y el COPEI. A los pocos meses Chávez impulsó un Referéndum Constituyente que fue aprobado por más del 80% de votación popular derogando la Constitución del 1961. Otro referéndum constitucional resultó en la ratificación de la nueva Constitución de Venezuela de 1999 con el 71,78% de los votos.
No conozco un Fujimori o Chávez dominicano, no sé si existan. Pero si a la una, ni a las dos se dan, aparecerá a las tres un "chino" o un coronel que capitalice el descontento.
¿Imposible?
Federico A. Martinez
16 de diciembre del 2014.
Etiquetas:
Corrupción,
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